domingo, 11 de noviembre de 2012

El bosque de los cerezos Capítulo I "La leyenda de la doncella del estanque"

Por fin les traigo el primer capítulo de el bosque de los cerezos, les haría una sinopsis pero es mejor que ustedes mismos descubran de que trata esta historia que es una de mis favoritas.

El bosque de los cerezos comencé a escribirla en 2009, la idea comenzó como un web-manga y junto con mi hermana que era la encargada de recrear por medio de los sims los escenarios de la historia nos embarcamos en darla a conocer. Por varios motivos el web-manga quedó incompleto sin embargo yo continué escribiendo la historia y actualmente continúo haciéndolo ;)

En los próximos capítulos verán que pongo imágenes y son solo unas cuantas de las que fueron parte de el web-manga, la mala noticia es que a partir del capítulo 9 ya no habrán más imágenes pero la imaginación funciona de manera espectacular así que creo que no harán falta.

Sin más déjenme presentarle el bosque de los cerezos. Espero sea de su agrado y que al igual que a mí, la historia los transporte a ese mundo que he creado pero que estoy seguro que en realidad existe.

 

Una joven y una anciana se encontraban sentadas a la orilla de un muelle ambas chapoteaban el agua con los pies, tal parecía que la noche pronto caería.

El lago Biwa visto desde allí brillaba con intensos colores que fulguraban con los últimos rayos del sol.

-Akari, quiero que conserves esto-

La anciana saco del cesto de comida un antiguo alhajero dentro de él se encontraba un anillo de oro blanco.

-¡Pero abuelita…!-

- Tú eres la persona indicada para tenerlo porque aun crees en las cosas que no se pueden ver…-

Akari retiró sus pies del agua y abrazó tan fuerte como pudo a la ancianita.

-No te entiendo abuelita…-

La señora sonrió ante el comentario de su nieta, luego tomó el anillo y lo colocó en el dedo anular de la jovencita.

-Algún día lo entenderás todo, mi pequeña Akari.

La chica alzó el anillo para verlo mejor y este brilló con la luz tenue luz del atardecer.

-¡Está muy bonito, muchas gracias!-

La joven volvió a abrazar a su abuela con gran emoción.

-Ya es tarde Akari, será mejor que nos marchemos...-

-Si abuelita, tienes razón, aún tenemos que remar hasta la otra orilla y me muero por sentir el viento fresco de la noche; no hay nada más agradable que eso. -

Las dos se levantaron, recogieron todo lo que habían utilizado en su día de campo y enseguida subieron a la canoa. 

1-2

-Akari, ¿sabías que del otro lado del lago, hay un viejo estanque?-

-¿Qué? ¿un estanque?

La anciana señaló hacia la orilla oeste del lago.

-Sí, justo ahí…

Todo estaba tupido por la vegetación, solo se lograba distinguir un antiguo estanque fuera de uso y el escombro de varias casas destruidas hace tiempo.

-Ya había escuchado algo al respecto aunque… sinceramente, yo creo que lo único que hay ahí son fantasmas…-Akari pensativa, frunció el ceño- ¿Por qué está todo abandonado? Desde que vine, nunca he visto que alguien se acerque… ¿Qué fue lo que pasó abuelita?

-¿De verdad quieres saber la leyenda sobre ese estanque?-

El bote poco a poco se acercaba a la orilla aunque aun les faltaba un largo tramo por recorrer

-Si no es de miedo cuéntamela abuelita, ya sabes que me gustan mucho tus historias-

-No es de miedo, sino de amor, y… la protagonista es…tu tátara tatarabuela-

-¡¿En serio abuelita?! ¡¡Que emoción!!! Cuéntamela, cuéntamela, ya la quiero oír.-

El agua del lago chocaba con el bote, ese sonido daba un sentir de tranquilidad junto con el canto de los últimos pájaros del atardecer.

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“Hace no mucho tiempo, cuando las guerras avasallaban al Japón que afrontaba grandes cambios, existía una joven que sufría al ver como el mundo en donde había vivido evolucionaba lentamente para jamás volver a ser el de antes.

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Todos los días justo al ocaso del sol y hasta que la luna parecía desvanecerse lloraba a la orilla de aquel estanque el cual decían que cumplía los deseos de los corazones más desechos, solo se le oía decir entre murmullos: “Por favor, llévenme de acá para siempre…” Todos los días se repetía hacia ella misma su más grande deseo, hasta que una noche estrellada un destello blanco y nítido iluminó el estanque y la joven desapareció para siempre.

24-3

Los años comenzaron a pasar, la gente poco a poco se fue olvidando de la doncella del estanque más sus padres aun la esperaban en su vejez. Cierto día todo cambió repentinamente y donde antes era su recámara aparecieron muchos pétalos de flores de cerezo y ella de pie.

La guerra ya había terminado pero la joven jamás pudo volver a adaptarse a este mundo porque amaba a alguien de un lugar al que era imposible regresar.

Al poco tiempo sus padres la obligaron a casarse y a continuar su vida. La joven parecía estar deshecha, era como si llevara un enorme dolor en lo mas profundo de su ser, tal era el dolor que después de tener a su primer hija murió de tristeza, seguramente porque sabía que esa era la única manera de regresar con la persona a quien verdaderamente amaba.”

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-¿Te gustó Akari?...aunque no lo creas esta historia es verdadera…

Akari se tapó rápidamente los ojos llorosos

-Realmente es triste, muy triste... No me gustaría sufrir tanto, pero sí me gustaría algún día, enamorarme de esa manera.

Sobre aquel estanque abandonado la maleza ya había crecido hasta adueñarse completamente de él. Al volver a ver hacía allí, Akari sintió un estremecimiento que le llegó hasta el corazón, tal parecía que el tiempo en aquel poblado abandonado había hecho estragos en lo que antiguamente había sido la ciudad de Hikone.

Las dos bajaron de la canoa y caminaron unos escasos metros hasta llegar a la casa de la abuela que aunque era humilde estaba llena de calidez. Al entrar se podía sentir un fuerte olor a hierbas de infusión y a pan de tarta de manzanas con canela que siempre solía hornear la anciana al anochecer.

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Akari se encontraba recostada en la cama, no dejaba de pensar en la historia que su abuela le había contado, se la imaginaba a cada instante, hasta que repentinamente sin poder entenderlo del todo comenzó a sentir el olor de las flores de cerezo, la brisa de un lejano mar, y una sensación de estar parada sobre la arena de alguna playa

-Prometiste que regresarías…lo prometiste y te esperaré…porque te amo…-

Las olas del mar salpicaban las rocas una y otra ves, el mar era de un color naranja combinado con violeta al igual que el cielo y en la arena arrodillado, apesadumbrado por el sufrimiento, un joven lloraba mirando hacia la infinidad del océano. Akari intentó acariciarle la cabeza pero sus manos la traspasaron, luego sin saber por qué, tuvo la necesidad de abrazarlo, pero de igual forma, sus brazos traspasaron el cuerpo del chico.

-… ¿Por qué?...¿Por qué siento esta pesadez en mi corazón?...¿Por qué siento esto? si no sé ni quien eres…-

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viernes, 9 de noviembre de 2012

Gaia

Un día viajé a Gaia... la verdad, no sé como le hice pero un día sin querer, cerré los ojos y al abrirlos me encontré en un mundo totalmente distinto al nuestro, en un mundo donde existe la magia.

Tengo muchos años transportándome a Gaia, ese mundo interdimensional que se encuentra conectado a nuestro planeta Tierra ... aunque he de confesar que también han habido largos períodos en los que me desconecto por completo y continuo mi vida normal como una persona cualquiera que no puede ver más halla de las infinitas posibilidades de la vida.

Cuando viajo a Gaia no siempre lo hago en la misma época ni en el mismo sitio, es como un juego de azar, es como si a veces llegara al pasado y otras veces al futuro de este planeta tan grandioso.

La vida en Gaia es tan distinta a la de nuestro planeta, que documento todas las historias y vivencias de las que he sido testigo a lo largo de todos estos años. Al llegar de nuevo a la realidad de la Tierra, transformo todo lo vivido en cuentos, pequeños relatos y novelas.

Hoy quiero que ustedes también conozcan Gaia, ese lugar fantástico en donde todo lo que menos te has imaginado, existe. Es por eso que he decidido compartirles mis crónicas por este medio.